especial de domingo lunes, 4 de agosto de 2014

Domingo en familia

-estas papas están heladas-

Escucho al cruzar el umbral de la cocina, aún no han llegado los invitados, pero al parecer todas las mujeres de la casa están apretadas alrededor de la mesita de linóleo blanco. Pongo las papas en una fuente y las caliento en el microondas, por 3 minutos.

Los platos van llenándose de los manjares de salen de las ollas, y tanto mi madre, como mi hermana y abuela, miran con desdén mis fachas domingueras.

-no te vas a cambiar, sabes que hoy viene visita-

Las escucho decir en coro, solo me encojo de hombros y hago el ademan de peinarme con una mano, y con la otra levanto una aceituna que se cayo del recipiente.

Poco a poco van llegando tías, primos y amigos, se desviven en halagos y pellizcos en las mejillas de los más pequeños, yo me siento en un rincón, observando, levantándome ocasionalmente para saludar a los familiares que se van acomodando en la mesa.

Mi abuela luce esplendorosa en con su conjunto de sastre y su chompa de hilo. Bella, pero modesta, sonríe de lado a todo el mundo y toma la mano de mi abuelo, que se sienta en la cabecera mirando su plato recién servido, lleno de humeantes delicias.

Cuando todos están sentados, yo me levanto de mi rincón, y camino sin rumbo fijo entre la cocina y el comedor, acosado por un primo, que obsesionado por la tecnología me relata pormenorizadamente sus nuevos descubrimientos de manera agobiante pero graciosa en cierta manera.

-esta nueva aplicación hace mi vida más fácil, esta otra me dice cuando debo hacer cada cosa, esta, esta es un juego maldito.

Del televisor se escapan sonidos familiares, una vieja película, malísima, pero un clásico, creo, yo solo quiero volver al cuarto y seguir escribiendo, pero no sé exactamente para que, también tengo hambre y todo se ve espectacular.

Sigur Rós "Untitled 8 (Popplagið)"